"Melifuturo", el gusto por las abejas nativas




William Fernando Vargas, trabaja incansablemente por conservar, promover y difundir el importante rol de las abejas para la naturaleza y los humanos. Lo hace desde su experiencia en su vivienda, en el municipio de Oporapa, sur del Huila.

En su jardín tiene establecido un meliponario en 60 metros cuadrados, conserva y reproduce 7 especies de abejas meliponas, como las conocidas angelitas, la melipona ebuernea, la plebeia, entre otras que aún investiga este agricultor, conocido en su región como "melifuturo".


William y 10 personas más de su familia, conforman un grupo de trabajo, que han denominado Melifuturo, con el cual promueve la conservación de las abejas, conscientes de la amplia necesidad de su permanencia en el territorio y del daño que se ha venido realizando con prácticas humanas que las han puesto en crisis y que de seguir así, podrían acabar con la vida de las personas. 

Según el Instituto Humboldt, las abejas nativas sin aguijón (ANSA) enfrentan varios problemas "Tanto su aprovechamiento como su conservación presentan riesgos, entre ellos la pérdida de hábitat y contaminación con pesticidas químicos de uso agrícola, así como la sobreexplotación, que son grandes amenazas para las poblaciones naturales de ANSA en el país. La crisis mundial de la biodiversidad ha afectado a todas las especies de abejas en términos de la rápida y masiva reducción de sus poblaciones."


Hace 20 años, William Fernando combina la agricultura en su finca localizada en la vereda El Roble con la meliponicultura. En la actualidad trabaja en coordinación con la organización Coagrosanroque, en donde han capacitado a personas de esta región sobre el manejo de la meliponicultura, entregando capital semilla para el establecimiento de abejas y colmenas, capacitándolos y haciendo acompañamiento en el desarrollo de las actividades.

En Colombia, los datos oficiales indican que hay 120 especies de abejas nativas sin aguijón y por lo menos 4.823 colmenas registradas. "La meliponicultura se ha incrementado considerablemente en los últimos cinco años y tiende a concentrarse en la región andina", reporta el Humboldt.

"Empezar a conservar las abejas nativas, las que a veces nos encontramos en los cercos y pensamos que no sirven para nada, es fundamental", añade William desde su vivienda en el sur de Colombia, una región en donde se concentran las mayores áreas sembradas en café y se impulsan otros cultivos como los frutales, el aguacate y el lulo, que hoy utilizan cantidades importantes de agroquimicos.

Está claro que las abejas nativas, son fundamentales para garantizar la polinización de cultivos, de allí las miradas y voces que piden el fortalecimiento, incentivo y la sostenibilidad de actividades como la meliponicultura, para evitar una crisis en la producción de alimentos y mantener la salud de los bosques y ecosistemas estratégicos.



William se siente orgulloso de ser campesino y de defender a las abejas, gusto y admiración heredada de su padre, quien dejó precisamente una colmena en una guadua, lo que fue el inicio de este hombre agricultor en el mundo de las meliponinas.


Publicar un comentario

Publicar un comentario